La cocina es mi rincón preferido; el alma y el calor de mi hogar. No importa si mi vida o mis circunstancias han cambiado. Alrededor de mi mesa con sus platos hondos y llanos estarán mis seres queridos y con ellos mi corazón. Una buena cocina está llena de amor. Lo que sé, me lo enseñó alguien que amó mucho y amó bien. Un hombre esencialmente bueno que cocinaba de maravilla, mi padre. Por él, por mis hijos y por esos otros amores que llenan mi día a día, vivo y cocino.

martes, 2 de agosto de 2011

OTRA DE HORNO

Estaba deseando estrenar unas fuentes muy bonitas que compré durante las vacaciones en Sangenjo. Hay una tienda, de siempre que yo recuerde, que tiene todo tipo de loza; fuentes, platos, soperas, ensaladeras... Paseando una tarde me paré a cotillear su escaparate y entre el batiburrillo (tiene un montón de cosas por todas partes) vi unas fuentes que me venían genial para presentar los bizcochos. Nunca tengo donde colocarlos adecuadamente una vez que salen del horno.  Entré, miré y compré, dos  fuentes rectangulares muy sencillas y dos redondas con el borde floreado que me gustaron mucho. Hasta ahora me había arreglado con lo que tenia, pero me he dado cuenta que hay que cuidar las formas, la presentación y las sensaciones visuales. El problema es que todo se me antoja, todo me gusta, todo lo quiero y ¡claro! eso no puede ser por dos razones de peso: dinero y espacio. De todas maneras, poco a poco, voy ampliando mi fondo de armario culinario con el apoyo de mi media naranja que si ve algo que le gusta o se le ocurre alguna cosa, me dice "esto estaría muy bien para el blog" y como soy una chica dificil... a todo digo que si.
Yo, el verano y el horno somos un trio muy compenetrado ¡Vamos! que tiene cierta chispa eso de pasar calor en la cocina.  Como soy muy considerada, os he dado las pautas para aliviar este pequeño contratiempo, así que... el que no se consuela es porque no quiere.
Tenía en el congelador un trozo, pedazo, cacho de carne que me habían preparado para asar, El resultado fue muy bueno. Estaba jugosa, sabrosa y tierna, pero, siempre hay un pero, la presencia no fue la que esperaba. El trozo era de redondo de ternera y al filetearlo, encontré muchos nervios. Visualmente hablando, no está nada favorecida. Un buen trozo de lomo habría tenido, seguro, otro aspecto. De todas formas, vuelvo a repetir, estaba muy muy buena y no es porqué la haya hecho yo.

CARNE ASADA A LA MOSTAZA

Ingredientes:

Un buen trozo de carne (en mi caso, para 5, kilo y medio)
Sal
Pimienta
Una buena mostaza
Un vaso de brandy que sea bueno, pero sin pasarse
 AOVE

Guarnición:

1/2 cebolla
2 o 3 zanahorias fileteadas
200 gr. de setas (del tipo que quieras)
4 ó 5 patatas medianas fileteadas para tortilla

Preparación:

Salpimentar la carne. Coger la mostaza y untar la carne como si fuera a tomar el sol. Bien, bien por todos lados y abundantemente. Dejarla un ratito para que se impregne bien.
Precalentar el horno a 200º arriba y abajo. Coger una fuente de horno, echar un chorro de AOVE y depositar la carne. Una vez que el horno ya está caliente introduces la fuente.
Mi problema es que yo no controlo el tiempo, según voy viendo así hago. Intentaré ajustarme a tiempos marcados. Pongamos que cuando la carne lleva unos 20 minutos en el horno, podemos añadir las verduras en crudo, limpias y troceadas previamente. Las patatas y las zanahorias las corte lo más fino posible para que se hicieran pronto. Las setas y la cebolla cortarlas al gusto. Pasados 15 minutos añadir un buen vaso de brandy y darle la vuelta a la carne con cuidado. Dejar otros 35 minutos. Si pareciese que se va secando podéis ir añadiendo un poquito de agua. Estar pendientes que sea lo justo para no estropear el resultado. Pasado ese tiempo, si la verdura está tierna y la carne dorada y con aspecto saludable, la sacamos del horno dejándola reposar unos minutos y ya está lista para servir.
¡Buen apetito!