La cocina es mi rincón preferido; el alma y el calor de mi hogar. No importa si mi vida o mis circunstancias han cambiado. Alrededor de mi mesa con sus platos hondos y llanos estarán mis seres queridos y con ellos mi corazón. Una buena cocina está llena de amor. Lo que sé, me lo enseñó alguien que amó mucho y amó bien. Un hombre esencialmente bueno que cocinaba de maravilla, mi padre. Por él, por mis hijos y por esos otros amores que llenan mi día a día, vivo y cocino.

miércoles, 1 de febrero de 2012

ENSALADA PARA EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO

Esta ensalada se puede hacer para cualquier momento. Pueden ser momentos especiales o de diario. No hace falta más que un poco de cariño para darle el toque preciso. Yo la preparé la última noche del año.
Hoy no me enrollo. Es lunes y después del fin de semana, tengo pocas cosas que contar. Que incongruencia ¿no? Los fines de semana son para hacer cosas fantásticas, para cargar pilas ante una dura semana, para soñar, para festejar, para descansar y acurrucarse en el sofá viendo una película, bien cubierta por una manta. Mis fines de semana son estresantes. No hago más que darle vueltas a la cabeza, cabrearme y disfrutar minimamente.
¡A otra cosa mariposa!
Ayer vi una película de Meryl Streep "No es tan fácil" y, aunque no es una obra maestra me gusto muchísimo. Lo que cuenta y como lo cuenta en tono de ligera comedia; las relaciones con su ex y sus hijos, una nueva historia, sus ilusiones y su cocina. Sobre todo su cocina. Cuando era más joven dio clases de repostería en París. En base a esto y su pasión por la cocina,  ha montado un negocio en la ciudad en la que vive. Una pastelería-panadería maravillosa. Las escenas de la familia alrededor de la mesa, el como aplauden su forma de cocinar, la satisfacción que le produce... Esas cosas, para mi, tienen un valor inconmensurable. Aquello que surge en una cocina, al calor del horno, con el olor intenso de las especias en el aire que te envuelve mientras trabajas con las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes por la emoción de estar haciendo algo que verdaderamente te gusta; es una suerte, una alegría, un privilegio. La pena es que, algunas veces, cosas ajenas a los fogones y su mundo, puedan quitarte las ganas de emocionarte, de sentir, de disfrutar y todo se vuelva, una vez más, simple rutina.
Había dicho que no me iba a enrollar y menos para tomar el tono tristón y monótono que llevo arrastrando desde hace algún tiempo.
¡Venga! Vamos con la receta.

ENSALADA TEMPLADA DE GULAS Y GAMBAS

Ingredientes para 6 personas:

1 paquete de cogollos dulces (suelen ser 6)
2 ó 3 tomates para ensalada (intentar que sean buenos)
1 tarro (de los de cristal) de atún o bonito en AOVE
750 gr de gulas
250 de gambas
2 dientes de ajo
1 cayena
Sal
AOVE
Vinagre de Modena

Preparación:

Lavar, secar y cortar el tomates. Coger los cogollos y sin separar las hojas, los cortas en rodajas de un dedo de grosor. Cuando ya los tienes todos cortados, coges un escurridor de verduras y desmenuzas con los dedos las rodajas y lavas con abundante agua fría, se deja escurrir y, después, se utiliza una centrifugadora para quitar todo el agua sobrante.
Disponer una fuente y colocar el tomate y la lechuga al gusto y añadir una pizca de sal. Poner encima el atún bien escurrido de aceite.
En una sartén se pone un chorrito de aceite, la cayena y se añaden las gambas y las gulas que se saltean hasta que estén hechas. En cuanto estén se vuelcan por encima del atún.
Para la vinagreta.- En la sartén ponemos el AOVE (la cantidad que se considere; pensar que las ensaladas no deben nadar en salsa) y los dos dientes de ajos pelados y en laminas. Se pone en la fuente de calor y en cuanto los ajos estén ligeramente dorados, se retira la sartén del calor y se deja enfriar mínimamente. Se añaden dos cucharadas de vinagre de modena (la cantidad  es optativa, puede ser una o una y media) y se remueve  con una cuchara de madera para mezclarlo bien. Se vierte por encima de la ensalada y se sirve inmediatamente.