La cocina es mi rincón preferido; el alma y el calor de mi hogar. No importa si mi vida o mis circunstancias han cambiado. Alrededor de mi mesa con sus platos hondos y llanos estarán mis seres queridos y con ellos mi corazón. Una buena cocina está llena de amor. Lo que sé, me lo enseñó alguien que amó mucho y amó bien. Un hombre esencialmente bueno que cocinaba de maravilla, mi padre. Por él, por mis hijos y por esos otros amores que llenan mi día a día, vivo y cocino.

viernes, 20 de julio de 2012

MI RINCONCITO OLVIDADO

Y tampoco es verdad porque no lo he olvidado, pero no encuentro la forma ni la inspiración para retomarlo.
Son muchas cosas, muchos cambios. Una montaña rusa que no tiene fin. Hace un año mis aspiraciones eran unas y, ahora, no tienen nada que ver. Me limito a vivir el día a día. 
Siendo jovencita leí un libro que se titulaba "Cada día tiene su secreto" y es absolutamente cierto.
No me voy a quejar, no puedo quejarme y no quiero quejarme. Tengo mucho por lo que dar gracias, tres hijos maravillosos, alguien especial,  mucha gente que me quiere y a la que quiero, salud que es lo más importante y fuerza para seguir adelante.
Ahora aprovecho y me marcho de vacaciones. Tengo que asentarme, restructurarme, replantearme y echar a andar. No quiero renunciar a este sitio que tan feliz me ha hecho. Me gusta cocinar, me gusta la fotografía y me gusta contar cosas y este es el lugar perfecto.
Desearos un feliz verano, un feliz descanso y mucha fuerza para afrontar lo que viene. Somos de pura raza, tierra de luchadores y de gente de corazón. Saldremos adelante.
Hasta septiembre